TURISMO / Patri Rojas, La Cosmopolilla.-Cádiz, salada claridad; Granada, agua oculta que llora. Romana y mora, Córdoba callada. Málaga cantaora. Almería dorada. Plateado Jaén. Huelva, la orilla de las Tres Carabelas… y Sevilla” (Manuel Machado, ‘Andalucía’).

El cielo de Andalucía es un lienzo azul y luminoso, aún en invierno. Las nubes se deslizan en suave movimiento, mecidas por la brisa, de este a oeste allí donde se oculta el sol. Orquestada coreografía tan sólo perceptible si colocáramos la cámara sobre el trípode filmando en modo timelapse.

Así, contemplaríamos un atardecer de fuego en tonos dorados, rosáceos, púrpuras… ¿Dónde estamos? En una playa, al borde del Mediterráneo. O tal vez ante la inmensidad del Atlántico, donde el horizonte se difumina. Tal es la vastedad del mar, los kilómetros de costa que posee la tierra andaluza.

Aunque también hay montañas teñidas de nieve -las cumbres más altas de la península-. Pueblos blancos de plazitas donde canta el agua. Paisajes desolados, desérticos. Onduladas colinas que a Washington Irving, ese viajero romántico que se enamoró del sur, le recordaban “al salvaje y solitario carácter de África”.

Qué osadía elegir para vosotros los lugares más bonitos que ver en Andalucía. Me atrevo, pidiendo de antemano perdón por posibles omisiones. Andalucía es infinita (Leer más)