Project Description

En la frontera de Kenia encontramos el mundo al revés. Mientras en Etiopía policías y agentes de aduana se habían compinchado  para robarnos, aquí el superior del puesto nos daba cambio de su bolsillo, en chelines, tras el pago de nuestro visado. Lo hizo pese a que la ley dice que  el cambio debe ser en dólares y pese a que le dijimos que daba igual, que se quedara el cambio que buscaba por todos los cajones. “No podemos quedarnos con ningún cambio”, sentenció.