TURISMO.– La Dama de Baza sigue jugando al escondite. Los 50 años de investigaciones transcurridos desde su hallazgo en el verano de 1971 en la necrópolis ibera del Cerro Santuario de Baza no han logrado revelar toda su misteriosa e inabarcable grandeza.

El afán de los expertos por adentrarse en su fascinante personalidad ha añadido paradójicamente más incógnitas y especulaciones sobre quién fue ella o su modelo: ¿Diosa eterna o personaje mortal? ¿Aristócrata o sacerdotisa? ¿De este mundo o del otro? ¿Símbolo intangible o cortesana? ¿O quizá fue una deidad guerrera que se hizo enterrar con su panoplia de armas y utensilios para preservar su poder más allá de la tumba?

Aunque la Dama sigue confinada en Madrid, en el Museo Arqueológico Nacional, Baza guarda y presume del legado mayor de su paisana: las necrópolis, los tesoros de la vieja Basti, los paisajes y los restos de una cultura singular fundada en el siglo VII a. de C.

Si la comarca iberorromana de Basti, que abarcaba las actuales provincias de Murcia, Almería, parte de Granada, Jaén y Albacete, atrajo hace 2.400 años a visigodos y a bizantinos, hoy es un gancho fundamental para el turismo patrimonial vinculado no solo a Baza sino a todo el Geoparque de Granada.

El Museo Arqueológico de Baza, la necrópolis y el espectro de la Dama son un imán turístico y patrimonial de muchos quilates. No hacen falta más excusas para elegir Baza y enredarse en los misterios de su herencia. La Dama aguarda.

(Texto y foto: Turgranada)

 

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