TURISMO.- A finales del siglo XV, la fama de Cádiz como puerto fundamental en las conexiones africanas y las rutas del comercio internacional era bien conocida por muchos navegantes que ampliarían en estas aguas sus experiencias náuticas.

Uno de ellos, Cristóbal Colón, quiso hacer realidad en tierras gaditanas un fabuloso proyecto para el que solicitó patrocinio al duque de Medinaceli y señor de El Puerto de Santa María, y a los duques de Medina Sidonia, señores de Sanlúcar, pero no fue atendido en sus pretensiones. Ya como almirante, Colón volvería a Cádiz en diferentes ocasiones. Así, en 1493, parte del puerto gaditano con una flota de 17 naves para realizar el segundo de sus viajes descubridores, del que regresaría tres años después.

Castillo de Santa Catalina, Cádiz.

En 1498 es otro puerto de su entorno geográfico, Sanlúcar de Barrameda, el que despedirá a Colón en la tercera de sus travesías. Y aún, en 1502, de nuevo será Cádiz el punto de partida de la cuarta y definitiva expedición colombina al Nuevo Mundo.

La temprana experiencia americana de los puertos gaditanos se ampliaría con numerosas expediciones colonizadoras y continuados intercambios mercantiles. Tantos y tan dilatados influjos americanos se reflejan hoy en muchas huellas arquitectónicas que se mantienen especialmente vivas en Cádiz, El Puerto de Santa María y Sanlúcar de Barrameda.

Lo que empezó siendo una aventura comercial se ha convertido cinco siglos después en un extraordinario legado cultural, que sortea el Atlántico y une de forma especial el sur de Andalucía con Latinoamérica. Un fenómeno que ha traspasado las distintas coyunturas históricas, desde que tuvo lugar el encuentro entre el Viejo y el Nuevo Mundo hasta nuestros días. Para comenzar la ruta, deberá acercarse al Centro de Interpretación del Nuevo Mundo que se encuentra en Chipiona, a 8 kilómetros de Sanlúcar de Barrameda, en el Castillo recién rehabilitado.

Casa de Iberoamérica, Cádiz.

Cádiz
A partir del descubrimiento de América, en Cádiz comienza un nuevo periodo de esplendor, fundamentalmente debido a que desde esta ciudad salieron numerosas expediciones, como el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1496 y el cuarto en 1502. Es en el reinado de Felipe II cuando Cádiz adquiere mayor esplendor. El comercio con América sigue creciendo, al igual que con el norte de África y, por tanto, su puerto se va afianzando como el más importante de todo el reino.

Con el paso del tiempo Cádiz adquirió más importancia comercial. En julio de 1680 se autoriza que todos los barcos que iban para América debían salir de su puerto, quedando Sevilla simplemente a las labores burocráticas y administrativas, hasta que en 1717 la Casa de Contratación pasa a instalarse en Cádiz. Los barcos arribaban a ella y antes de dirigirse a Sevilla por la ruta de navegación que era el río Guadalquivir, pasando por Sanlúcar de Barrameda, descargaban las mercancías y riquezas traídas de ultramar, lo que convirtió a la ciudad y a toda la Bahía en un centro comercial próspero y único.

La prosperidad económica se reflejó en la proliferación de monumentos, palacios y casas señoriales, como la Casa del Almirante, la casa Fragela, la de Lasquetty, la Casa de Las Cadenas, las torres-miradores de las casas de los comerciantes, desde contemplaban los navíos que llegaban al puerto desde América y de las que aún quedan un centenar, entre ellas la casa de las Cinco Torres y la de las Cuatro Torres y la Torre Tavira.

Torre Tavira, Cádiz.

Desde la Torre Tavira, hoy con una cámara oscura en su interior que le permite ver la ciudad al completo, en vivo, podrá rememorar esos días además de contemplar desde su azotea una de las vistas más hermosas de la ciudad ya que se trata del punto más alto sobre el nivel de mar.

La Catedral de Cádiz es la catedral americana por antonomasia, entre otras cosas porque se financió con el oro que venía de las colonias. Proyectada como un gran templo barroco que pudiera ser visto desde muchas millas mar adentro venía a representar la importancia y el prestigio de la monarquía española y sus numerosas posesiones ultramarinas. En su panteón se conserva la tumba del músico gaditano Manuel de Falla.

En el paseo de La Alameda podrá ver algunas figuras y placas dedicadas a personajes de Latinoamérica, entre ellos Ramón Power, marino y diputado por Puerto Rico; Miguel Grau, también marino y diputado por Perú en años posteriores; escritores como César Vallejo, Rubén Darío. También los conventos relacionados con el Nuevo Mundo son abundantes en Cádiz, la mayoría de ellos fundados para albergar a los frailes predicadores que esperaban su traslado a las misiones de ultramar. Destacar el convento de Santo Domingo de 1645 cuya fisonomía arquitectónica trae a la memoria ejemplos repetidos en toda Latinoamérica.

Castillo de San Marcos, El Puerto de Santa María.

El Puerto de Santa María
Esta ciudad luminosa y abierta, cuna de Rafael Alberti, poeta del 27, es conocida como «La Ciudad de los Cien Palacios». Alcanzó su esplendor en el siglo XVIII, pero fue en la etapa del descubrimiento y conquista de América cuando jugó un papel de primerísimo orden.

La posición geográfica de la localidad, muy cercana a Cádiz y Sevilla, y su resguardado emplazamiento junto a la desembocadura del río Guadalete harían de esta ciudad un punto fundamental como base de flotas y lugar de expedición de cargamentos destinados a ultramar y pudo disfrutar de un progresivo auge marítimo.

¿Sabía que el primer mapamundi que incluía el continente americano se dibujó en El Puerto de Santa María? Corría el año 1500 cuando el navegante Juan de la Cosa, que acompañó a Colón en sus viajes, regresó a la ciudad donde residía y elaboró este documento. El mapa fue hecho de manera vertical, es decir que el Occidente corresponde a la parte superior del mapa y el Oriente a la parte inferior.

Plaza de Toros de El Puerto de Santa María.

Los palacios portuenses, antiguas residencias de potentados cargadores a Indias, y buena parte del entramado urbano de la localidad son ejemplos de una arquitectura civil de ecos americanos bien definidos. Sede de una de las Capitanías Generales de la Mar Océano, El Puerto poseía buenos astilleros donde se equiparon muchas naos de la carrera indiana.

No todo va a ser historia y cultura… El Puerto le ofrece playas estupendas, actividades náuticas, ocio, restauración, gastronomía con sus inmejorables pescados y mariscos; y las bodegas…. pues el vino fino y el brandy tienen aquí un icono: el Toro de Osborne, que acompaña al viajero por todas las carreteras españolas.

Vista panorámica de Sanlúcar de Barrameda.

Sanlúcar de Barrameda
El esplendor de esta ciudad tras el descubrimiento del Nuevo Mundo la convirtió en un enclave comercial con ultramar y propició otro gran viaje, el de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano en el siglo XVI.

La huella americana podrá verla en todo el conjunto histórico visitando sus palacios e iglesias: palacio de los Duques de Medina Sidonia, actualmente un hotel, del que se pueden ver los jardines mientras toma algo en su cafetería y contempla desde allí toda la desembocadura del Guadalquivir y el Parque de Doñana.

La casa-palacio del Marqués de Arizón tiene un valor excepcional al ser la única casa de cargadores a Indias de su tamaño que se conserva completa en toda la región. Fue construida en los siglos XVII y XVIII. Actualmente es de propiedad privada y está en proceso de rehabilitación, por lo que no se puede visitar.

El Castillo de Santiago fue construido a finales del siglo XV por el segundo duque de Medina Sidonia. Desde esta fecha hasta 1645 funcionó como fortaleza ducal y por él pasaron personajes ilustres que recalaban en Sanlúcar, por su posición de puerto de salida hacia el Atlántico, desde Isabel la Católica hasta Colón, que parece ser que durmió en él, según algunos historiadores, antes de zarpar desde la ciudad para uno de sus viajes.

Carreras de caballos de Sanlúcar de Barrameda.

¿Sabía que la reina Isabel La Católica vio por primera vez el mar en Sanlúcar de Barrameda en su visita a la ciudad en 1478? Parece ser que desde las torres del castillo donde se hospedó. Sin duda tuvo que asombrarse al ver el actual Parque Natural de Doñana enfrente y la desembocadura del Guadalquivir.

Hoy día por esa playa corren los caballos en un acontecimiento sin duda singular e internacionalmente conocido: las Carreras de Caballos de Sanlúcar, que se remontan al siglo XIX. Vaya a verlas, son en agosto todos los años, además tendrá ocasión de conocer su afamada gastronomía, cuyos dos pilares son los langostinos y la manzanilla, vino único en el mundo que debe su crianza singular al microclima de esta ciudad.

(Texto y fotos: Cádiz Turismo)