TARIFA / ARTE / Artículo de Hugo A. Mira y Salvador Escalona.- Se trata de un conjunto rupestre formado por una cueva principal y tres abrigos, donde destaca la Cueva Las Palomas I tanto por su morfología como por sus pinturas, aunque el asunto a tratar aquí y ahora se refiere principalmente a Las Palomas IV.

Las Cuevas de Las Palomas fueron publicadas por primera vez en 1929 por Henri Breuil y M.C. Burkitt, aunque previamente ya habían recibido visitas y posteriormente por supuesto fueron estudiadas por muchos más arqueólogos e historiadores de gran prestigio. Este conjunto rupestre está situado en la pedanía tarifeña de Facinas.

Nosotros las habíamos visitado en más de una ocasión, siendo la primera en torno a 1995. Pero fue en mayo de 2017 cuando tuvimos la intuición de fotografiar unas manos que son imperceptibles al ojo humano.

Tras un exhaustivo trabajo fotográfico y un posterior análisis de las imágenes digitalmente, casi 18 meses después mediante DStretch apareció como por arte de magia la primera mano en negativo.

Por ello contactamos con Hipólito Collado, del Proyecto Handpas, para la verificación de lo acontecido, hecho que se pudo corroborar tras la nueva visita al enclave en febrero de 2019 por un equipo multidisciplinar de diferentes universidades y comunidades autónomas encabezado, entre otros, por José Ramos.

Son del Paleolítico
Una vez realizadas las comprobaciones pertinentes se confirmó que dichas manos en negativo pertenecían al período Paleolítico. No obstante, aún es pronto para saber a qué período concreto aunque todo hace sospechar que sean del Solutrense.

Realmente consideramos que se trata de un inusual hallazgo considerando el gran número de visitas que había recibido previamente dicho abrigo y a la vez notable, ya que es el tercer enclave descubierto en Andalucía con Manos Paleolíticas, tras Ardales (Málaga), que es una auténtica gruta, además de la Cueva de la Estrella (Castellar de la Frontera, Cádiz), que es un abrigo mediamente resguardado. En este caso, Las Palomas IV es un abrigo a cielo abierto y ha sido un verdadero milagro que aún queden registros pictóricos.

Para finalizar, pensamos que el descubrimiento de estas manos en negativo en Las Palomas IV, junto con las de la Cueva de las Estrellas, han sido hallazgos de extrema importancia, ya que ambas manos abren las puertas a nuevos caminos para el estudio del Arte Rupestre, al no tratarse de un único logro o éxito aislado.

Sin ningún lugar a la duda este descubrimiento sitúa al Campo de Gibraltar en el punto de mira del Arte Rupestre Paleolítico a nivel nacional.

(Fotos: Hugo Alberto Mira Perales y Salvador Escalona Caballero)

 

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