TURISMO / Carmen González, blog de la AETC.- Ya se puede decir que Cádiz se ha vestido de otoño. Pero aunque caigan las primeras hojas, el clima veraniego sigue sin querer dejarnos. En la ciudad celebramos el mes de Octubre por triplicado, con la festividad de la Patrona, el puente del Pilar y el de Todos los Santos.

Este último es el que vamos a tocar esta semana. Halloween se ha convertido en una de las fiestas más esperadas del año y es cada vez más conocida. Pero en Cádiz tenemos fama de tirar más para lo nuestro, lo celebramos a nuestra manera. Aquí es donde entra nuestra famosa tradición de “Los Tosantos” que era la protagonista del décimo mes del año. Pero, desde hace unos años, comparte este día con la fiesta pagana estadounidense.

En este punto es donde se dividen los bandos y tiran más para una celebración que para otra. Personalmente, nunca me decido, ya que las dos me encantan. Así que en este post se va a despejar la duda sobre qué tradición es la mejor. ¡Empecemos!

Origen
El comienzo de los Tosantos surge en el año 609 d.C. Gracias a la cristianización del Imperio Romano, se consagró el panteón en el que se veneraba a los dioses. Este templo fue ocupado por los huesos de los cristianos muertos en las catacumbas de la civilización latina.

El origen de Halloween es pagano, al contrario que nuestra celebración nacional que es cristiano. Surge a raíz de la celebración de un antiguo festival celta que anunciaba el final del verano. Era llamado Samhain (que se pronunciaba ‘sowin’). Se trataba de una celebración en honor al final de la temporada de cosechas en Irlanda y el nuevo año celta. Además coincidía con el solsticio de otoño. Y seguro que estaréis pensando que no tiene nada que ver con lo que se ve actualmente. Quieto león que ahí va la explicación: La celebración tenía lugar el 31 de octubre, víspera de todos los santos. Se creía que esa noche los espíritus caminaban entre los vivos. De ahí la realización de fiestas y ritos para establecer una comunicación con ellos.

Gastronomía
En la fiesta de Todos Los Santos tiramos de nuestra artillería gastronómica tradicional: huesos de santo, buñuelos de cidra, boniatos…

Por no aludir a ese olorcito que desprende esa olla de castañas asadas en las plazas más concurridas de Cádiz, como las de San Antonio, la Catedral y la Plaza de la Libertad (la plaza de las Flores de toda la vida).

En esta última, además, se puede ver el típico puesto de chucherías y frutos secos que está ahí desde años inmemorables con esas enormes cestas llenas de todo. Castañas, nueces, almendras, avellanas… y no acaba ahí la cosa: paquetitos de piñones, de higos chumbos, de dátiles, de pistachos… Mil veces más sano que con lo que se llenan los niños “el buche” en Halloween.

Esta es la fecha en la que los supermercados se llenan de calabazas y los “todo a cien”  compiten por ver quién peta más la tienda de adornos.

Los que mejor se lo pasan sin duda son los más pequeños… Se ponen hasta arriba de chucherías y chocolatinas (bendito “truco o trato”, eso en mi época… en las películas). Y digo que son cosas de niños porque hoy en día comerse una chocolatina o un caramelo lo vemos como una amenaza. Colesterol, azúcar, grasas, carbohidratos, gluten…malditos seáis todos. Pero cada año la creatividad aumenta y siempre podremos deleitarnos de algún caprichito ambientado con esta festividad, como pizzas con forma de momias, galletitas de monstruos, pastelitos que simulan tumbas… ¡de todo tipo y de lo más simpático!

Celebración
En cuanto a nuestra fiesta, nosotros lo celebramos con mucho arte, para qué vamos a mentir. En los mercados de la ciudad es tradición celebrar la fiesta de los Tosantos.

Todo surge en 1876, en la que la comisión del mercado de la plaza de la Libertad tuvo la iniciativa de adornar todos los puestos con los productos que se vendían. Gracias a esa idea, los ciudadanos llegaron en masa a comprar en masa aquel día. La fiesta ha ido evolucionando y reflejando nuestro carácter irónico en la que la decoración hace referencias satíricas a temas de actualidad.

Y ahora le toca el turno a Halloween: Golosinas en un cuenco. Es costumbre que los niños se sirvan ellos mismos cuando piden caramelos. Es la fecha en la que vas paseando tan tranquilo por la calle y te cruzas en menos de un minuto con mini vampiros, hombres lobo, Frankestein e incluso minions (que ni dan miedo ni nada). Y claro, es que es ver eso y te recuerda que el COAC (el concurso de agrupaciones del Gran Teatro Falla) ya está a la vuelta de la esquina. Y claro, te entra ese cosquilleo en la sangre.

No sabes si ponerte la de Thriller de Michael Jackson o la Comparsa de Calabazas de Antonio Martínez Ares…o los Trasnochadores de Bienvenido. La tradición consiste en que los niños van de puerta en puerta pidiendo caramelos con la clásica pregunta “¿Truco o trato?”. Los habitantes de la casa deben darles lo que quieren (y con eso acceden al “trato”). De lo contrario, si no se les ofrece nada, se expone a “los trucos” que suelen ser el lanzamiento de huevos a la casa. Ya sabes, para estar preparado, saca todo los dulces que haya en casa, las peladillas de las bodas, bautizos y comuniones, los caramelos que ponen en las oficinas, los de la cabalgata de Reyes…

Las fiestas y tradiciones cambian y evolucionan, y en este caso son dos celebraciones que conviven en perfecta armonía un mismo día. Tú decides si hartarte de frutos secos, viendo puestos en el mercado, o poner tus emociones a flor de piel pasando miedo viendo una película.

(Fotos: AETC)