TURISMO / Guía Repsol.- La obra cumbre de la literatura española, El Quijote, ha hecho mundialmente conocidos los campos y pueblos de Castilla-La Mancha. Por eso, recorrer esta tierra como lo hiciera el ingenioso hidalgo es una de las mejores formas de descubrir esta comunidad, cruzando las villas centenarias, los caminos históricos y los espacios naturales que tan bien describió Miguel de Cervantes en su famosa novela.

Aunque el Patronato de Turismo de Castilla-La Mancha propone un recorrido de casi 2.500 kilómetros y 148 municipios (en diez tramos), si tenemos poco tiempo, existe la posibilidad de hacer una ruta alternativa en autocaravana (de unos 600 kilómetros) visitando únicamente los lugares más emblemáticos protagonistas de la novela.

Nuestro itinerario comienza en Toledo, capital de Castilla La Mancha, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Existen infinidad de edificios históricos y rincones que visitar en esta ciudad pero la única forma de verla en su plenitud es desde el mirador del Valle (a las afueras de Toledo). Las vistas desde este lugar parecen una auténtica postal.

Desde aquí y tras pasar Nambroca, el castillo de Alminocid de Toledo y las ruinas del castillo de Peñas Negras en Mora se llega a Tembleque, la villa que enamoró a la reina Juana I de Castilla, que posee una de las plazas mayores más espectaculares de toda La Mancha (Leer más)

(Fotos: José Luis G. Castillejo)