TURISMO.- El difícil acceso a estas calas las convierten en secretos de gran belleza natural. ¿Cuál es el precio del paraíso? ¿Cuánto esfuerzo merece llegar a Ítaca? A Ulises le costó 10 años de guerra y otros 10 de desvaríos por el camino.

La moraleja que queda es, en cualquier caso, que cuando llegas a la meta y, en mayor medida, si se trata de un destino paradisíaco bien valen los rigores que impongan dioses iracundos, sirenas, cíclopes o una caminata bajo las inclemencias del verano granadino.

Se trata de ciertas playas de Granada que se tornan paraísos ocultos entre acantilados, rocas o sinuosos caminos solamente para los Ulises de litoral. Son aquellas que conocen solo los locales o los experimentados en desvelar los secretos de la Costa Tropical.

La mayoría de ellas son calas ocultas entre escarpaduras del terreno que las precede, otras aparecen tras un túnel y para llegar a otras hay que partir de una cala colindante o bajar 200 escaleras. Y la mayoría son naturistas.

Albuñol
La playa del Ruso, en Albuñol, es una pequeña cala de ensueño a la que se accede a pie desde la carretera bajando un desnivel de unos 100 metros por el acantilado. Lleva el nombre de un desertor ruso, Basilio Lukianov Kommersant, que recaló en ella en 1921 y la hizo su casa durante décadas. Esta playa es nudista, virgen y un espectáculo para los amantes de la tranquilidad y la biodiversidad.

Torrenueva Costa
En segundo lugar aparece La Joya, algo más conocida que la anterior pero igual de salvaje: solo se escucha el rumor de las olas y el viento. Para llegar a esta pequeña playa de Torrenueva Costa de apenas 300 metros y también para disfrutar sin ropa es necesario bajar 200 escalones, así que el consejo es no olvidar nada en el coche para el día de playa.

Gualchos-Castell de Ferro
De aproximadamente el mismo espacio, apenas unos cientos de metros, aparece la popular La Rijana, ubicada en Gualchos-Castell de Ferro, y esta sí cuenta con un pequeño chiringuito. De una belleza natural que impresiona, para llegar es necesario dejar el coche cerca de la carretera, bajar por un terreno algo empinado para tras atravesar un túnel y comenzar la jornada de playa.

Almuñécar
Para la siguiente cala es necesario viajar al otro extremo de la Costa Tropical, a Almuñécar, donde, antes de sumergir los pies en las aguas cristalinas de Cantarriján, es necesario bajar un pequeño risco. Se trata de una playa mixta, con una zona textil y otra naturista, y es bastante popular entre los granadinos pese a su complicado acceso.

Y sin movernos del término municipal llegamos a la playa de El muerto, donde para llegar hay que andar un pequeño tramo entre el mar y el acantilado que parte de Cotobro, una zona mucho más populosa. Esta es una cala bastante pequeña por lo que se recomienda seguir andando hasta la siguiente si no se encuentra espacio suficiente para poner la sombrilla. Eso sí, el paseo merece la pena.

(Texto y foto: Turgranada)