TURISMO / ARTE.- Andalucía comparte este enorme patrimonio mundial con otras comunidades autónomas de la geografía española. En nuestra región este arte parietal se localiza en sus provincias más orientales, Jaén, Granada y Almería, distribuido en 69 estaciones y cuatro núcleos geográficos: comarca de Los Vélez/Altiplano en Almería y Granada; y Sierra Morena, Quesada y Sierra de Segura en Jaén.

El arte rupestre del Arco Mediterráneo es una manifestación cultural única por su temática, técnica y componentes conceptuales, repartida por diferentes territorios del levante y centro peninsulares como Andalucía, Cataluña, Murcia, Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla-La Mancha.

Las pinturas rupestres fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998 y reproducen muy esquemáticamente seres humanos, animales, elementos estelares y símbolos que, además de evocar y relatar parte de la vida diaria de las últimas sociedades de cazadores y recolectores de Prehistoria europea, ofrecen un testimonio palpable de la riqueza ambiental del momento y de su compleja y misteriosa espiritualidad.

Cueva de Ambrosio.

Comarca de Los Vélez y Altiplano de Granada
En el macizo montañoso de las sierras de María-Los Vélez, al norte de la provincia de Almería, se ubica el Monumento Natural Cueva de Ambrosio.

Este abrigo calizo, al que los grupos humanos acudían en determinados momentos para renovar el utillaje lítico, muestra en sus paredes un interesante conjunto de pinturas del Paleolítico Superior dibujadas con trazos muy dispersos. Entre ellas destaca un espectacular caballo en ocre rojo que se puede distinguir fácilmente sobre el resto de elementos.

En esta misma comarca también se encuentra la Cueva de los Letreros. Gruta de amplias proporciones, presenta hasta 174 figuras distribuidas en cinco grupos parietales. Se caracteriza por la presencia de formas humanas, muchas de ellas bitriangulares, y numerosos zoomorfos: ciervos, cabras, etc. Entre ellas podrás ver El Indalo o hechicero, símbolo de la provincia.

Por otro lado, en el Altiplano de Granada, concretamente en el municipio de Huéscar, emerge la Piedra del Letrero o de los Santos Mártires, pues los locales han venido interpretando que las manchas rojas eran sangre de las santas Alodia y Novilona.

Se trata de un abrigo natural de tamaño reducido, con diferentes pinturas, que representan la figura humana, varios soles esquemáticos o estrellas, pectiniformes (peines), barras, puntos y manchas. Destaca también la presencia de algunos animales, que en este caso y excepcionalmente son peces.

Prado del Azogue.

Sierra Morena
La sociedad prehistórica postpaleolítica dejó en el municipio jienense de Aldeaquemada un auténtico museo al aire libre, una pinacoteca rupestre de valor incalculable compuesta por 19 estaciones.

Uno de los abrigos más representativos, Tabla de Pochico, está situado a unos dos kilómetros de Aldeaquemada, muy cerca del Paraje Natural Cascada de la Cimbarra, y está compuesto por tres paneles.

Pueden observarse figuras zoomorfas como cabras o ciervos, barras y trazos en diferentes tonalidades rojo y ocre. En su entorno aparecen otras estaciones de interés como Poyo Inferior de la Cimbarra, Cueva de los Mosquitos, Poyo de en Medio de la Cimbarra y Cimbarrillo del Prado de Reche.

En su término municipal, en otras áreas, también aparecen varias estaciones representativas del arte rupestre Patrimonio Mundial como Cueva de la Mina, Garganta de la Hoz, Prado del Azogue y Cueva de los Arcos.

No catalogados por la Unesco, pero de un interés mayúsculo, son los abrigos presentes en el vecino Parque Natural de Despeñaperros, con estaciones como Vacas de Retamoso, Los Órganos o Collado de la Ginesa.

Arte rupestre en Quesada
La localidad jienense de Quesada cuenta con 22 estaciones de arte rupestre. Y uno de los lugares donde mejor puede observarse una amplia representación parietal, cuyo contexto arqueológico va desde el Eneolítico hasta la Edad del Bronce, es la Cueva del Encajero.

En este abrigo rocoso, concretamente en sus laderas de acceso, se han hallado fragmentos de cerámica, a torno y manual. En las paredes de la cueva aparecen pinturas esquemáticas, de aspecto levantino, grabados y cazoletas. Interesante la presencia de una espiral de tres vueltas.

Sierra de Segura
En la Sierra de Segura, en los valles del Zumeta y Río Frío, también se pueden encontrar vestigios excepcionales de arte rupestre. Entre los enclaves más destacados se encuentran los abrigos del Engarbo y la Cañada de la Cruz y la Cueva del Collado del Guijarral.

El primero, que ocupa el frente de una amplia pared rocosa, representa distintas escenas donde los protagonistas son toros, cérvidos y humanos, representaciones de caza y lucha donde en ocasiones aparecen animales heridos.

El abrigo Cañada de la Cruz, orientado al Sur-Suroeste, presenta dos grupos de motivos. El primero cuenta con escenas de lucha y arqueros, un ciervo y una figura femenina, ejecutadas con trazos lineales, de estilo naturalista y semiesquemático. El segundo grupo lo integran barras ramiformes, en rojo oscuro y marrón claro.

Por su parte, en el Collado del Guijarral o Poyo de los Letreros, una pared rocosa de más de 40 metros de altura, pueden observarse ramiformes, bilobulados, halteriformes, barras, antropomorfos y zoomorfos esquemáticos. Entre estos se distinguen tres cánidos, lobos o perros, de desigual tamaño, y un cáprido. A destacar la presencia de dos arqueros en posición de tiro y varios ídolos oculados.

(Texto y fotos: andalucia.org)