GIBRALTAR / Texto y fotos: José Luis G. Castillejo. Foto de apertura: Marvin Montado). Constituyen, sin ninguna duda, el mayor atractivo turístico del Peñón, y para verlos y disfrutar de sus monerías suben a diario muchísimos visitantes por la carretera, angosta y de un único sentido, que conduce hasta lo más alto de la ‘Roca’. Los ‘llanitos’ (apodo que reciben los locales por parte de los vecinos andaluces) sienten auténtica devoción por ellos.
Tanto es así que, según una leyenda local, el día que los monos desaparezcan de Gibraltar idéntica suerte correrán los británicos de esa ciudad, que está enclavada al sur de la Península Ibérica y que cuenta con unas vistas inmejorables del norte de África. En concreto, desde su punto más meridional, y a los pies del faro de Punta Europa, el visitante siente estar asomado a un privilegiado balcón natural desde donde contempla, en primera fila, la línea imaginaria que une al Mar Mediterráneo con el Océano Atlántico.
La pasión de los británicos por los monos de Gibraltar no conoce límites. Quizás imbuido por esa leyenda, cuentan que Wiston Churchill mandó traer ejemplares de África cuando la población de estos animales disminuyó coincidiendo con la II Guerra Mundial. En este viaje he tenido la suerte de contar con un magnífico guía, mi amigo Marvin Montado, un gran fotógrafo y un gran enamorado de su tierra.
Teleférico, taxis y microbuses
Pero quienes no tienen la suerte de subir en un todoterreno pueden hacerlo en un taxi o en un microbús que se alquilan cerca de la frontera o de Casemates Square.
Otra forma recomendada de acceder a la cima es recurrir al teleférico, que, visto desde la carretera, debe ofrecer panorámicas espectaculares durante su trayecto. Queda, pues, eso pendiente para un próximo viaje a Gibraltar…
Me contó Marvin que los monos cuentan con total libertad de movimiento por la zona y que además su salud es perfecta porque están controlados periódicamente por el equipo de veterinarios y de cuidadores que se encargan de su custodia, englobados en la Gibraltar Ornithological & Natural History Society.
Como era mi primer contacto con ellos, me advirtió de las cosas que no debía hacer en su presencia, entre ellas no darles de comer (con el hambre que ya llevaba yo encima, por la hora que era, como para compartir mi bocadillo con unos 300 monos…); no hacerles gestos que ellos pudieran interpretar como agresión ni enseñarles los dientes; y, por supuesto, no tocarlos ni hacer ademán especial en su presencia, para evitar problemas mayores.
Con esas instrucciones, reconozco que, llegado el momento, me porté ante los que vi en primer lugar más rígido que la Guardia Real Británica en la puerta de acceso a Buckingham Palace.
No obstante, transcurridos unos minutos y cuando ya había cierta complicidad entre ellos y yo, me acerqué y Marvin me hizo fotos muy bonitas con algunos monos. Eso sí, guardando la debida distancia y compostura.
Y estábamos en eso cuando llegó al lugar un autocar con estudiantes que no eran británicos como Marvin ni españoles como yo.
Tras mis consejos de bienvenida, ellos se comportaron tal y como yo les indiqué y muy pronto disfrutaron igualmente de la sesión de fotos con los ‘monkeys llanitos’. Los mejores lugares para ver a estos animales son, además de la Estación Superior, la Guarida de los Monos o los alrededores de la cueva de San Miguel, de la batería de la Princesa Carolina o de los Túneles del Gran Asedio.
‘Macaca Sylvanus’
Como curiosidad, recuerdo que los monos de Gibraltar, denominados científicamente ‘Macaca Sylvanus’, no tienen rabo y en eso se diferencian de la mayoría de sus parientes del otro lado del Estrecho. Pregunté a varias personas por su origen y me indicaron que, documentalmente, nadie sabe cómo ni cuándo llegaron al territorio del Peñón.
Algunos historiadores apuntan que pudiera ser que llegaran con los musulmanes que invadieron la Península Ibérica a partir del año 711, mientras que otros afirman que están allí desde 1704, cuando tropas anglo-holandesas se hicieron por la fuerza con esa plaza que hasta ese momento pertenecía al Reino de España.
Y hay una tercera corriente que señala que estos simios proceden de la zona del Atlas africano y llegaron a Europa por un túnel subterráneo que ya está tapiado… Uf, pero ese trabajo de investigación se lo dejo a Íker Jiménez y a su equipo.
Se decia antiguamente que los monos tenian la misma «paga» que los soldados de reemplazo para su mantenimiento. No se si seguirán con esta asignacion.
Enhorabuena por el articulo
Gracias, Jose. Lo averiguaremos.
Qué monos los monos de Gibraltar. Subí una vez a verlos y madre mía. Estaban revolucionados y uno de ellos me chorizeó una bolsa con la cámara de fotos. La madre que lo parió.
Menuda faena, Manuel.
Muy buen reportaje. He estado 3 ó 4 veces en Gibraltar y nunca he tenido ocasión de subir al peñón. La próxima vez intentaré subir hasta arriba en el teleférico.
Gracias, Mari Paz. Nosotros también tenemos pendientes una subida en el teleférico. A ver si tenemos suerte y coincidimos en ese viaje….jajaja.
gracia por dar tan optima imagen de mi tierra. esta usted invitado a una cerveza en pub O’Reilly’s cuando vuelva por aqui
Eso está hecho, amigo John. Un saludo.
Me ha encantado el reportaje, muy divertido y curioso. Un motivo más para conocer Gibraltar y aunque me gustan los monos, tomaré precauciones, jajaja.
Gracias, querida Jeniffer. Un saludo también para Luis.
Un entretenido reportaje, don José Luis. Me gustaría mucho conocer Gibraltar. Saludos desde desde Tegus, Honduras (CA)
Gracias, don Lucho. Un saludo.
mu bonito. me gusta
Gracias, María, por tu comentario.
una pena que ese «simio» no hable español, tantas cosas nos diría sobre el peñón
Seguro, Santiago… jajaja.