TURISMO / Francisco Javier Fernández, consejero de Turismo y Deporte de Andalucía / Sur.es.- El turismo, al igual que otros sectores productivos, ha tenido que afrontar en los últimos años la crudeza de una crisis económica y financiera de magnitud mundial. En este tiempo complejo, aunque Andalucía no fue un oasis, podríamos decir que, tal y como se comportó ante estas adversidades y después de tantos años de liderazgo en el mercado global, mantuvo su pujanza y solvencia como destino, ya que la industria turística fue una de las últimas actividades que se vieron influidas y una de las primeras en reaccionar. Así, una vez superados los momentos más difíciles, se ha ido abriendo paso poco a poco una senda de registros positivos que nos ha llevado a conseguir en 2015 lo que parecía inalcanzable, tras los excelentes resultados obtenidos el año anterior.

Nuestra comunidad batió el pasado ejercicio récords históricos en los indicadores de esta actividad, con 26 millones de turistas recibidos, lo que supone un crecimiento del 8,2%, y casi 48 millones de pernoctaciones en los establecimientos hoteleros, un 6,5% más, gracias al comportamiento de los mercados extranjeros y nacional. Además, los ingresos totales generados por el sector se situaron en 17.600 millones de euros, con un repunte del 5% en términos reales; mientras que la cifra medida de ocupados aumentó un 7,3%, hasta los 357.000 trabajadores, según datos del INE.

Estas cifras ponen de manifiesto la solidez de nuestro destino, labradas con el esfuerzo y la dedicación de todos los empresarios y profesionales del sector y del Gobierno andaluz, unidos por el objetivo común de mejora continua y aumento de la calidad de nuestros recursos, productos y servicios turísticos. No obstante, a pesar de los buenos datos, no podemos caer en la complacencia, porque es ahora, precisamente, que se consolida la senda de crecimiento y estamos en este cambio de ciclo, cuando debemos trabajar con más intensidad si cabe en conseguir superar los retos que marcan el futuro de esta industria.

Actualmente, el sector turístico está sometido a un proceso de transformación permanente debido al aumento de la competencia, la irrupción en el escenario mundial de casi tantos destinos como regiones, la rápida permeabilidad de esta industria a las innovaciones tecnológicas, la aparición continua de nuevos canales de comunicación, el creciente nivel de exigencia de la demanda, la variedad y complejidad del perfil de los viajeros o los nuevos modelos de negocio en la prestación de servicios. A ello se unen otros factores exógenos que, sin duda, también afectan a la estabilidad de los flujos de viajeros, como pueden ser la seguridad, la situación político-económica o la conectividad de las zonas receptoras. Un entorno complejo que obliga a los destinos a tener capacidad de reacción y responder a los cambios casi de forma inmediata. Debemos estar preparados para afrontar estos nuevos desafíos.

Con este fin, el Gobierno andaluz acaba de dar luz verde al Plan General de Turismo Sostenible de Andalucía Horizonte 2020, un nuevo marco estratégico con un presupuesto de 420 millones de euros para sus cinco años de vigencia que pretende dotar al sector de instrumentos y recursos con los que adaptarse a los cambios del entorno, del mercado, de la competencia y de la tecnología. Este plan marcará las pautas para dirigir la evolución de la industria turística y servirá de referencia para el resto de los instrumentos futuros de planificación en la materia, como la Estrategia Integral para el Fomento del Turismo Interior Sostenible, el Plan de Fomento del Turismo Sostenible del Litoral, las Estrategias para la Gestión de la Estacionalidad Turística, el Plan Director de Promoción, los Planes de Grandes Ciudades o los Programas de Recualificación, entre otros.

La nueva estrategia está, además, perfectamente alineada con el Programa Horizonte 2020 de la Unión Europea y recoge los compromisos contemplados en el IV Pacto Andaluz por el Turismo, rubricado por el Gobierno autonómico y los agentes económicos y sociales. Cuenta, asimismo, con un elemento del que nos sentimos especialmente orgullosos, ya que su elaboración es fruto de un proceso participativo en el que se han incorporado las recomendaciones aportadas por los profesionales del sector en distintos encuentros desarrollados por todo el territorio y en la propia Mesa del Turismo.

Como principales objetivos, el documento plantea -en ocho líneas estratégicas y 30 programas- potenciar el tejido empresarial y generar empleo estable y de calidad, promover un uso óptimo de los recursos, favorecer la rehabilitación de destinos maduros, fomentar la oferta de interior, reducir la estacionalidad, impulsar la implantación de nuevas tecnologías y sistemas de calidad, reforzar la marca Andalucía, mejorar el reconocimiento social de la actividad turística y generar sinergias con otros sectores productivos. Entre las medidas con mayor financiación para el periodo de vigencia, destacan las dirigidas a promoción, con más de 82,7 millones de euros, las de apoyo a la calidad y fomento de la sostenibilidad de infraestructuras (39 millones); las de complementariedad entre segmentos, destinos y productos (38,65); las de respaldo a la internacionalización empresarial (32,9) y las de lucha contra la estacionalidad (27,2 millones).

Andalucía tiene capacidad para continuar creciendo y para hacerlo de una forma sostenible y equilibrada. Nuestro destino debe aprovechar el esfuerzo y el trabajo realizado todos estos años para sentar las bases de un futuro prometedor con la vista puesta en 2020, un horizonte en el que estimamos alcanzar los 31,5 millones de turistas con una industria más fuerte, más competitiva y más excelente. En definitiva, debemos acometer, bajo el paraguas del nuevo Plan General de Turismo Sostenible, un proceso de innovación y reinvención permanente que nos permita consolidar este sector como un motor de desarrollo y de generación de riqueza y empleo de calidad.

 

(Publicado en el diario Sur.es el 14 de febrero de 2016)