Project Description

Durante la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi necesitaba alimentar su delirante carrera armamentística sorteando la vigilancia de los aliados. Desde la Francia ocupada se trasladaron por ferrocarril, en apenas año y medio, entre 1942 y 1943, decenas de toneladas de oro para pagar el wolframio que necesitaba Hitler para blindar sus carros de combate. La preciada mercancía llegaba en tren a España, a través de los Pirineos, hasta la estación internacional de Canfranc (Huesca), una presencia imponente por la que ningún viajero amante de la historia debería pasar de largo.