MELILLA / Pilar Salas Durán, Guía Repsol.- Melilla ocupa poco más de doce kilómetros cuadrados en el Norte de África, la extensión que en 1862 marcó el disparo de un cañón para establecer los límites fronterizos de un enclave por el que antes pasaron fenicios, romanos, vándalos, bizantinos y árabes.

Espacio suficiente para albergar la arquitectura modernista más importante después de Barcelona; fortines, museos, playas y una gastronomía con iconos como el chanquete y el langostino de la Mar Chica; además de un patrimonio humano forjado gracias a la convivencia de cristianos, musulmanes, judíos e hindúes.

Llegados desde la península vía área o marítima, la primera sorpresa es arquitectónica, con sus más de 900 edificios modernistas y art déco, muchos de los cuales firmó Enrique Nieto, un discípulo de Gaudí que regó la ciudad con su talento a comienzos del siglo XX (Leer más)

(Foto: Juan Carlos Toro)

 

* Costumbres y tradiciones de la ciudad autónoma de Ceuta