TURISMO / ARTE / Artículo de Simón Blanco Algarín.- El yacimiento prehistórico más visitado y emblemático de la región del Estrecho de Gibraltar es con diferencia el santuario rupestre de Bacinete.

Localizado en un suave pero estratégico puerto de montaña, no solo destaca por su ubicación en la confluencia de dos grandes ríos sobre la Bahía de Algeciras sino especialmente por la sobresaliente erosión en arenisca con la que el tiempo ha moldeado el entramado de pasillos que conforman el santuario y que van dando paso a los sucesivos abrigos rupestres y a otras interesantes estructuras geológicas con las que están estrechamente relacionados y que caracterizan este espectacular paisaje geológico, máximo exponente de la estratificación pseudokárstica de estas facies litológicas de las areniscas del Aljibe.

Entre estas bellas y modeladas rocas, que nos recuerdan a los corredores de un edificio megalítico, nace además el pequeño manantial que da nombre al santuario y que se abre paso por un centenario y extenso bosque alcornocal, ahora en exponencial declive por la total falta de regeneración que hay dentro del parque natural pero aún con reminiscencias de su glorioso pasado forestal.

Después el arroyo circula por la dehesa de la Granja, terrenos que ya trabajaron las comunidades prehistóricas que eligieron este mágico monumento natural y su entorno forestal como elemento vertebrador de su cultura y como testigo de su implantación definitiva sobre el territorio, para finalmente entregar sus aguas al gran río Palmones, paso previo para terminar en aguas de la bahía.

Figura antropomorfa con los brazos en jarra, morfotipo Phi, junto pareja de cruciformes.

Pinturas rupestres
Entrando ya en materia, las pinturas rupestres de este centro simbólico y ritual del complejo de Bacinete se mueven en esta dicotomía entre el naturalismo y el esquematismo, y aunque tradicionalmente las figuras más reconocidas han sido los zoomorfos figurativos del abrigo principal, especialmente los grandes ciervos de tendencia naturalista, las figuras más repetidas han sido los antropomorfos.

Estos constituyen un tema nuclear del arte esquemático peninsular que cuenta con una gran desarrollo de morfotipos que representan distintas posturas y que tendrían variados significados.

Estos diseños se obtenían a través de un canon sencillo en la representación de la figura humana por medio de un trazo recto que dibuja el cuerpo, al que se añaden trazos perpendiculares o angulares a forma de extremidades.

Uno de los aspectos más interesantes de la temática antropomorfa es el estudio de los pequeños grupos de figuras humanas y las relaciones que se dan entre ellas, ya que podrían darnos importante información sobre su organización, y en este sentido las representaciones de Bacinete, además de su valor estético, son de gran interés.

Una de las tipologías más comunes y estereotipadas en el arte esquemático peninsular es la de los antropomorfos con los brazos en jarra, que queda definida por esta especial posición de los miembros superiores, morfotipo o figuración Phi y a nivel regional, sobre todo en el santuario de Bacinete destaca un nuevo tipo que podría tomarse como una variante del anterior pero que rompe con la rigidez de esta figura, al mantener un solo brazo en asa mientras el otro no aparece o queda liberado para indicar el uso de armas y herramientas, esquema humano muy convencionalizado y repetido en el desarrollo de la pintura esquemática local y que es la base gráfica de alguna de las escenas grupales más interesantes de Bacinete.

En agosto de 2017, como preámbulo al magnífico descubrimiento realizado a principios de 2018 y que es el objeto de esta publicación, otros miembros de la asociación APAS y yo, en una revisión del estado de conservación del abrigo principal de Bacinete, localizamos las primeras pinturas inéditas en este abrigo desde 1929, cuando se publicó la obra ‘Rock paintings of southern Andalusia’, del gran investigador de la Prehistoria H. Breuil , un libro todavía no superado y al que en este siglo de andadura que ya tiene el santuario nadie había incorporado nuevos motivos a ese fidedigno y pionero calco.

Antropomorfos variantes de la forma Phi catalogados como signos complejos.

La ubicación del panel donde han aparecido las nuevas pinturas estuvo durante mucho tiempo al alcance del ganado caprino que se refugiaba en el abrigo, facilitando que las cabras se rozaran con esta parte y otras más importantes de la cueva.

Esto provocó el desgaste del panel e impidiendo que hasta la fecha se hubiera interpretado adecuadamente la parte de la escena visible por lo fragmentada de la misma y quedó registrada en la última revisión de 2015 por la doctora Mónica Solís como un conjunto de símbolos complejos.

A pesar del evidente desgaste del panel donde han aparecido las nuevas pinturas, actualmente el tratamiento digital aplicado a la reproducción del arte rupestre permite apreciar suficientemente una serie de esquemas humanos, formando parejas y con una particular disposición geométricas entre ellas, característica exclusiva del Arte Sureño que fue advertida por Lothar Bergmann, el mayor investigador que hasta la fecha ha abordado integralmente la realidad del arte rupestre del sur de Cádiz.

Pareja de antropomorfos con forma de Phi griega doble.

Este esquema, que es sin duda uno de los mayores emblemas del pasado prehistórico de nuestra comarca, es de igual o mayor expresividad que por ejemplo el conocido soporte gráfico del Índalo, icono antropomorfo representativo de la provincia de Almería.

La escena, ejecutada con trazo muy fino, presumiblemente con pinceles de pelo animal, está formada por cuatro de estos motivos pero con ligeras variantes. Cada motivo formado por una pareja de antropomorfos enfrentados de perfil, respondiendo a un modelo de representación esquemática distinta basada en la simetría y que es una cualidad excepcional de este yacimiento.

Todos los antropomorfos tienen un característico brazo en jarra y las dos parejas que han aparecido en 2017 además tienen las extremidades superiores unidas por dos trazos horizontales, formando un símbolo único en el arte rupestre con forma de phi griega doble, que representa una pareja de hombres enlazados pero que desconocemos aun su profundo significado social.

Trio de antropomorfos con forma de Phi griega triple.

Antecedente histórico
Hay un antecedente histórico para esta figura en la Cueva de Bacinete V, pequeña cueva frente al gran abrigo principal y que se desarrolla a plena oscuridad al encontrarse abierta en el lateral de una fina diaclasa entre dos de los grandes prismas de arenisca que conforman el santuario y que cuenta con motivos similares basados en este modelo de representación pero con una figura más evolucionada que la descubierta en 2017 en la que intercalaron un tercer antropomorfo.

Este grupo forma un símbolo con forma de Phi griega triple que es coherente con la iconografía representada en estos abrigos y que está basada en el antropomorfismo como identidad de su mundo social, aunque la falta de estudios y el desconocimiento que hay sobre este conjunto ha llevado a algunos autores a buscar referentes en formas más conocidas como barcos pero que no tienen paralelos ni lógica dentro de este yacimiento, al ser los motivos navales una singularidad que solo aparece en el abrigo de la Laja Alta y de una naturaleza totalmente contraria al arte esquemático.

Pareja de antropomorfos con forma de Phi griega doble descubierta en 2018.

Reciente hallazgo
Ahora en 2018 José Augusto Rubiales Pérez, en uno de los abundantes diaclasados verticales que se abren entre los tajos de Bacinete, ha localizado nuevamente para este yacimiento esta figura icónica del Arte Sureño que combina dos antropomorfos enfrentados como si fueran imágenes especulares el uno del otro pero en esta ocasión ejecutada mediante trazo grueso lineal.

Esta composición y otras repartidas entre el abrigo principal y el Bacinete V están basadas en estas particulares construcciones gráficas y recogen las escenas con mayor carga simbólica del santuario al responder a actitudes grupales que podrían tener múltiples interpretaciones pero que están relacionadas con los rituales de contacto entre las distintas tribus locales que hacían uso de ese espacio social, que es el gran monumento natural de los tajos de Bacinete y que dado el alto valor de este documento gráfico es clave para el Campo de Gibraltar por su extraordinario valor cultural y relevante para los futuros estudios de la iconografía esquemática peninsular.

Otras composiciones con antropomorfos de la variante Phi.

El exclusivo conjunto de Bacinete recoge algunas de las características estilísticas y motivos que hacen del Arte Sureño un arte único y universal que debería contar con el reconocimiento que tuvo desde su descubrimiento, volviendo a ser el buque insignia de nuestro patrimonio rupestre campogibraltareño y valorándose como lo que es: “Un  gran monumento cultural de nuestra sociedad” porque entre estos pasillos que han sido pintados y repintados a lo largo de varios milenios anteriores a la arquitectura humana se fraguaron los cimientos de los pueblos de nuestra comarca y una revolución cultural de la que Bacinete es protagonista.

Desgraciadamente este trascendental documento que permite aproximarnos al modo de vida de estos grupos humanos que atesora este monumental paraje sigue sin ser abordado, convirtiendo el santuario rupestre en un patrimonio frágil, poco aceptado socialmente y, lo que es aún peor, con los problemas de conservación que presentan los yacimientos al aire libre, circunstancia agravada por la rápida deforestación que año tras año consume este paraje por la falta de regeneración del alcornocal, pilar fundamental para la conservación de los soportes y pigmentos rupestres y que impide la correcta interpretación y valoración integral de este paisaje cultural.

(Fotos: Arte Sureño)

 

* Salvemos la singular cueva del Tajo de las Figuras (Simón Blanco Algarín)

* Senderos (44).- Santuario de Bacinete, en Los Barrios