España y Portugal, cuando eran imperio, exportaron lengua, cultura y costumbres. Y entre otras cosas, también corridas de toros. Las huellas siguen vivas en varios países latinoamericanos. Pero la sorpresa es que hay otras huellas, en este caso muertas, en lugares sorprendentes. ¿Dónde imaginan? Pues, por ejemplo, en África.

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