TURISMO / CULTURA.- Las zambombas son una de las manifestaciones más singulares y entrañables de la Navidad andaluza. Nacidas en Jerez de la Frontera (Cádiz), estas celebraciones mezclan la devoción navideña con el arte flamenco y el espíritu de convivencia popular.
En 2025 tendrán lugar del 21 de noviembre al 25 diciembre, según acordó el Ayuntamiento de esta localidad gaditana.
Su origen se remonta al siglo XVIII, cuando los vecinos se reunían en patios y en corrales para cantar villancicos alrededor de una hoguera, acompañados del característico sonido de la zambomba, un instrumento rústico hecho con una tinaja y una piel tensada.
Con el paso del tiempo aquellas reuniones familiares se transformaron en un fenómeno cultural que hoy atrae a visitantes de toda España. En diciembre las calles, las peñas, los tabancos y las bodegas se llenan de cante, palmas y vino fino.
Los villancicos tradicionales son reinterpretados con compás flamenco, dando lugar a bulerías, tangos y rumbas que hablan del Niño Jesús, de la Virgen María o del campo andaluz.
El ambiente es festivo y participativo. Nadie es espectador ya que todos forman parte del coro improvisado.
Las zambombas son una expresión viva de la identidad jerezana, donde la música se mezcla con el calor humano, el anís, los dulces navideños y la hospitalidad de sus habitantes.
BIC
En 2015 fueron declaradas Bien de Interés Cultural (BIC), reconocimiento que protege una tradición transmitida de generación en generación. Hoy las zambombas no solo se celebran en Jerez sino también en muchas localidades de la provincia de Cádiz, aunque es en su cuna donde conservan su esencia más pura.
En definitiva, participar en una zambomba es sentir la Navidad de otra forma. Es un encuentro donde la fe, la alegría y la cultura se dan la mano al son del compás andaluz más genuino. Quienes conocen esta fiesta saben que en Jerez la Navidad suena a zambomba, sabe a vino y se siente con el alma flamenca.
(Imágenes generadas por IA)

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