SEVILLA.- El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha aprobado la solicitud de las obras de emergencia en los Baños Árabes de Ronda, afectados por las intensas lluvias de finales de octubre de 2018, según informó la Administración autonómica.

En concreto, la actuación de emergencia, cuyo importe asciende a 194.120 euros, consistirá en la retirada de los restos de muro derruidos sobre el cauce del río Guadalevín, la demolición y retirada de los tramos de muros desplomados, la retirada del muro interior volcado en el jardín y en la ejecución de un nuevo muro de contención.

Con esta medida, la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico pretende recuperar el esplendor de este Bien de Interés Cultural (BIC) que resultó gravemente afectado debido a la inundación provocada por la crecida del arroyo de Las Culebras durante los días 20 y 21 de octubre del pasado año.

Las obras de emergencia en este inmueble, situado en la calle del Molino de Alarcón, comenzaron el 17 de diciembre y prosiguen según el ritmo previsto. Hasta la fecha se ha precedido a la demolición de los tramos desplomados, la reconstrucción del muro situado en los jardines y la ejecución parcial del muro de cerramiento. Como medida preventiva, y hasta la finalización de las obras, que tienen un plazo de ejecución de tres meses, se ha clausurado el acceso de público a los jardines y a las dependencias de los baños.

De la Edad Media
Los Baños Árabes de Ronda, cuya construcción data de los siglos XIII ó XIV, se sitúan al este, en la parte baja de la ciudad, entre la confluencia del río Guadalevín y el arroyo de Las Culebras. Una fuerte muralla los separa de ambos ríos.

Este BIC consta de tres salas. La mayor de ellas se encuentra dividida a su vez en tres naves separadas por arcos de herradura de ladrillos y cubiertas con bóveda de medio cañón, que conservan sus tragaluces de estrellas de ocho puntas. La bóveda central de esta sala, así como las cupulitas de plantas octogonales situadas a ambos extremos, está algo más elevada que las laterales. A través de puertas de arco de medio punto de ladrillo se pasa a las salas laterales, más pequeñas, cubiertas también con bóvedas de medio cañón.

La situada en el este tiene tragaluces e hipocausto. La del oeste conserva en un muro un hueco de tres metros, donde estaría la caldera y hasta donde debía llegar el acueducto y, en el otro, una subida de humos. A ambos extremos de esta sala se elevan sendos arcos de ladrillo. Una puerta, la cual se encuentra tapiada en la actualidad, comunicaría con locales no excavados aún y por los que se entraría al baño.

(Foto: Junta)