LOS BARRIOS / Texto y fotos: José Luis G. Castillejo.- Conocí su historia gracias a la concejala de Turismo, Isabel Calvente. Un día me contó cómo había llegado al municipio y me explicó que, para muchas personas, pasa totalmente desapercibida y muy pocos son los que saben que esa vetusta máquina es la misma que sale en la película ‘El Bueno, el Feo y el Malo‘ o en ‘Por un puñado de dólares‘, entre otras producciones cinematográficas.

A medida que fui conociendo su historia, más me maravilló que una pieza digna de colección o de museo estuviera a la intemperie en una zona verde y acotada de Los Barrios, junto a la urbanización residencial Cortijo Grande y muy cerca de una de las entradas al municipio desde la autovía A-381, la que enlaza esta localidad con Jerez de la Frontera por la Ruta del Toro.

Históricamente las locomotoras ‘Verraco’ llegaron a España en la segunda mitad del siglo XIX procedentes de Bélgica y prestaron servicio en el norte y en el levante mediterráneo preferentemente. Pertenecían al marqués de Salamanca y en su última etapa fueron destinadas a la estación de Guadix (Granada).

Se salvó del desguace
La máquina que actualmente podemos contemplar en Los Barrios se salvó del desguace en parte por estar un tiempo mal identificada y por el ‘boom’ del Spaguetti Western de los años 60 del siglo XX, cuyas películas eran grabadas mayoritariamente en los parajes casi desérticos de Almería y donde el ferrocarril tenía tanto o más protagonismo que los actores contratados. José Luis Fernández García recuerda en su blog ‘Objetivo Pajares’ la historia de estas piezas.

La ‘Verraco’ barreña y otra idéntica participaron en películas de gran renombre como ‘El Bueno, el Feo y el Malo’, ‘Por un puñado de dólares’, ‘Navajo Joe’, ‘Joe, el implacable’, ‘La muerte viaja a caballo’ y ‘Hasta que llegó su hora’. Tras su actividad cinematográfica, la locomotora y su ‘hermana’ estuvieron reservadas en la estación de Guadix.

A finales de los años 80, la ‘Verraco’ fue cedida al Ayuntamiento de Los Barrios por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, mientras que el otro ejemplar, gracias al Ayuntamiento de Guadix, entró en servicio de nuevo con fines culturales y ha formado parte durante años incluso del tradicional Tren de la Fresa, entre Madrid y Aranjuez.

Ahora, el Ayuntamiento barreño que salga de las urnas en mayo próximo tiene como uno de sus retos estudiar el destino que otorgará a este elemento decorativo del municipio y que muy bien podría tener un uso promocional y turístico, sobre todo al conocerse mejor su historia y su importancia para mitómanos y amantes del ferrocarril en España, y no ser solo la cabecera de una infraestructura destinada en su día al ocio infantil.