TURISMO / PROVINCIA / Daniel Vázquez Fariñas, blog de AETC.- Aquellos días de papelillos y serpentinas ya desaparecieron como el polvo cuando sopla el viento de levante. Atrás quedan los carruseles de coros, las noches de tablaos y coplas gaditanas en el escenario de mi Cádiz trimilenaria. Todo rastro de pitos, caretas y bandurrias hace escasos días que dejaron de tener su protagonismo. Pero no es el fin de la manifestación pública del pueblo, ni muchísimo menos.

Recién terminada la fiesta por excelencia del gaditano, quién puede dudarlo, llega la hora de la reflexión, de la meditación y del ayuno (en las palabras más que en la comida, sobre todo con los tiempos que corren). Llega el momento de los nervios, la ilusión y la preparación. El momento con el que más sueña el cofrade gaditano, al margen de la propia Semana Santa: La Cuaresma.

Si bien es cierto que todo ‘jartible’ que se precie de cofradías espera con ansia esa semana de gloria, tampoco quiere que llegue, pues para él esos 7 días parecen pasar como quien aprecia un arcoiris después de un día gris y lluvioso. Es de las obras más bellas que puede darnos la vida, pero es algo tan efímero que cuando te das cuenta, en un abrir y cerrar de ojos, ya ha tocado su fin.

Es por eso que el cofrade valora más la preparación que la propia fiesta. Tal es su entusiasmo por este período que, aunque aún no haya llegado el Miércoles de Ceniza, ya está hablando con sus compañeros cofrades sobre limpieza y preparativos para que, cuando llegue la hora, todo luzca como su hermandad merece: “Esta semana estoy libre después de mi época de exámenes en la facultad. ¿Tienes pensado pasarte por la casa de hermandad para ponernos al lío con el limpia-plata?, ¿Cuándo arreglamos las dependencias para el reparto de túnicas?, ¿Han llegado ya boletines?”, etc…

Es una época de mucho estrés, todo hay que decirlo. Sientes la necesidad de querer estar en todas partes con tu cofradía poniendo tu granito de arena, por mínimo que sea, pero a la vez deseas disfrutar de todos los actos que nos trae este bendito período, sin olvidar por supuesto tus obligaciones laborales o académicas.

Por suerte y por la gracia de Dios, la Cuaresma gaditana está cargada de contenidos y actos que hace que los 40 días previos al Domingo de Ramos tenga más sentido y significado. Empezando por el solemne Vía Crucis oficial del consejo local, pasando por conciertos que organizan las propias hermandades, triduos, quinarios, traslados o meditaciones públicas, hasta llegar al V Domingo de Cuaresma (Domingo de Pasión para los cofrades) … (Leer más)