COMARCA / María Sánchez Palomo, Condé Nast Traveler.– “Algeciras es la ciudad más fea de España”. “Pero, ¿allí qué hay?”. “Yo solo voy de pasada, camino de Tarifa”. “Es el lugar con más contaminación del país, seguro”. “Pero… si allí no se va ni por equivocación”. “Es una zona de paso, nadie aguanta allí mucho tiempo”…

Estas son algunas de las opiniones que llevo escuchando cinco años, los mismos que hace que me vine a vivir al Campo de Gibraltar. Si hace seis o siete me hubieran preguntado si elegiría esta comarca para fijar residencia probablemente habría dicho eso de “Yo, nunca”. ¿Los porqués? Aquí, uno a uno…

1.- “¡Eso está en el culo del mundo!”
Ahora resulta que La Línea de la Concepción o San Roque están más lejos que el mismísimo Londres y cualquiera diría que solo podemos llegar hasta allí en cayuco o haciendo autostop. La realidad es que una de las cualidades de la comarca está en su conectividad: a poco más de 100 kilómetros de Cádiz, a 145 de Málaga y a 180 de Sevilla.

¿Qué significa esto, dramáticos del mundo? Que en apenas hora, hora y media podemos disfrutar de algunas de las ciudades más vivas y con más encanto de la Península y hasta podríamos subirnos a un avión para alguna que otra escapada. Hay que entender que algunos tal vez no asistieron a la clase de Geografía el día en el que se estudiaba el mapa de España. Que no cunda el pánico, nunca es tarde para aprender que Algeciras, Castellar de la Frontera, Jimena de la Frontera, La Línea de la Concepción, Los Barrios, San Roque y Tarifa –comarca campogibraltareña– pertenecen a la provincia de Cádiz.

2.- “Allí no hay nada que hacer”
Es decir, que piojosos, especiales o llanitos -así se conocen popularmente a linenses, algecireños y a gibraltareños- pasan los días haciendo… ¿qué? Trabajar el que trabaje, puede que delante de la televisión o… Es probable que aprovechen el tiempo libre haciendo deporte, bien en la calle o en gimnasios e instalaciones deportivas.

Que sí, que haberlas, haylas, muchas y buenas. También pueden ir al cine, digo yo, acudir al teatro, conciertos los fines de semana o a visitar algunas galerías y salas de exposiciones, muestras en la casa de la cultura y actividades socioculturales que se programan durante todo el año. Entre ese ‘nada que hacer’ se puede hablar de:

– Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía, en Algeciras, que reúne a figuras importantes de la música y a jóvenes promesas.

– Está la opción de visitar el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, una de las mejores muestras del urbanismo romano que se conocen y conservan en nuestro país, declarado Monumento Histórico Nacional y que este verano ha vuelto a formar parte del Ciclo Teatros Romanos de Andalucía. Se encuentra a 22 kilómetros de Tarifa, con maravillosas vistas al océano Atlántico.

– Cine, exposiciones, música, teatro y mucho más en Alcultura, un espacio cultural que está en la dársena de El Saladillo, justo tras el Real Club Náutico de Algeciras.

– Ocio y deporte en plena naturaleza. El Campo de Gibraltar destaca por dos enclaves naturales realmente espectaculares, el Parque Natural de Los Alcornocales y el del Estrecho. El primero es conocido como ‘la selva virgen europea’, con más de 170.000 hectáreas; y el segundo, con 9.000 hectáreas, comprende el litoral de Algeciras-Tarifa, con el Paraje Natural Playa de Los Lances y el citado conjunto Baelo Claudia. Otros dos parajes dotan a la comarca de un atractivo especial para los amantes de las actividades al aire libre y el turismo rural: las marismas del río Palmones, zona de descanso de miles de aves durante las migraciones; y el Monumento Natural Duna de Bolonia, en Tarifa.

Avistamiento de cetáceos y de aves en un lugar privilegiado –y propicio– para ello. El Estrecho de Gibraltar cuenta con un ecosistema natural impresionante. Imprescindible la excursión en barco para ver cómo nadan delfines, cachalotes, orcas y rorcuales.

Tipismo andaluz con nombres propios: Castellar de la Frontera, Jimena, San Roque y Tarifa son cuatro de los municipios campogibraltareños por los que merece la pena pasear. Un planazo de otoño es salir por la mañana bien temprano y desayunar una buena torta de pan con manteca en la Venta Chinela, a pie de carretera, camino de Jimena de la Frontera. Ruta a pie por la zona y almuerzo en El Anón, un restaurante con muchísimo encanto. Y eso es sólo un ejemplo de las pequeñas escapadas de finde que podemos hacer por estos lares.

3.- “Tarifa es lo único” (“y lo más”, leemos entre líneas)
Pues eso, que hablar de esta parte de la provincia de Cádiz y de playas es reducirlo todo a Tarifa. ¿Qué se puede decir? Que sí, que no se puede negar que este municipio cuenta con las mejores playas de la comarca, pero que no son las únicas y alguna que otra también merece ser descubierta.

Entre las recomendaciones, Getares y cala Arenas. La primera es semiurbana, con más de 1,5 kilómetros de extensión. Arena fina y dorada, con aguas profundas y normalmente tranquilas y todo tipo de servicios. ¿Un diamante en bruto? La segunda, cala Arenas. Tres pequeñas calas compuestas de roca y grava rodeadas de vegetación, playas vírgenes de baja ocupación a las que se llega andando a través de un sendero de fácil acceso. Si tuviera que elegir, me quedaría con esta, sin duda.

4.- “El atún de Barbate”, “Las tortillitas de camarones de San Fernando”…
¿Y de La Línea? ¿De Los Barrios? ¿De Algeciras?… “¿De qué se alimentará esta gente?” Callaba la boca a más de uno con las ortiguillas fritas, los caracoles al poleo, las cabrillas en salsa, los erizos o un buen filete de retinto. Bueno, y lo del atún, en serio, al César lo que es del César, que en Baelo Claudia establecieron los romanos la mayor industria atunera de la época.

Hoy en día este pescado sigue muy asociado al Campo de Gibraltar, con la Conservera de Tarifa como fábrica referente de conservas de este y otros pescados. Más de un siglo de historia y tradición que podemos conocer mejor gracias a la exposición Un Estrecho de Conservas. Del garum de Baelo Claudia a la melva de Tarifa en el reseñado conjunto arqueológico hasta enero de 2017.

5.- “El insoportable viento de levante que los vuelve locos”
Y que ha sido culpable en buena medida del turismo que hoy es sustento fundamental de parte de la comarca, por ser un clima que atrae a aficionados a deportes náuticos. Hay que decir, además, que todavía no se conocen casos de personas que hayan salido volando ni nadie se ha vuelto tarumba por la levantera… ¿Y lo fresquito que estamos algunos en verano con esas corrientes? ¿Y el espectáculo que se da en las playas con las cometas de los ‘kiters’?

Dicen por ahí que rectificar es de sabios: así que aquí va mi rectificación, esperando ver más allá del margen izquierdo y derecho de autovías y nacionales cuando os dirijáis, cómo no, rumbo a Tarifa.

(Foto: Alamy Stock Photo)